Hemos comprobado a través de la historia que,cuando el ser humano se enfrenta a cambios necesarios para su evolución...se siente en crisis.
Actualmente, la meditación, pareciera un ave fénix resurgiendo dentro de las cenizas de nuestro inconsciente, la colectividad reconoce de forma natural que su práctica, es la herramienta o llave maestra que abre un mundo de experiencias directas con nuestras capacidades potenciales y que estás son, luz en la senda de nuestra evolución.
Meditar es familiarizarnos con la virtud, armonía, paz, felicidad que se encuentran latentes en la naturaleza de nuestra mente y que para su pleno desarrollo se requiere de nuestra voluntad consciente, en otros términos darnos cuenta en que estamos invirtiendo nuestra energía de vida, de tal forma que nos orientemos con mayor claridad y asumamos el compromiso real de llevar cada obstáculo a servir como un trampolín para avanzar
Fusionando las prácticas meditativas con nuestra cotidianidad, comprendemos profundamente el objetivo que, como seres humanos hemos venido a conquistar y asumimos las crisis en nuestra vida como etapas de superación, liberación y despertar.
La crisis nos lleva a replantearnos el camino o sendero por el cual transitamos.
La sensación de pérdida o extravío nos enfrenta con una discapacidad ficticia frente a la circunstancia que se nos presenta, y es ahí donde comenzamos a buscar ayuda, por lo general nos refugiamos en personas cercanas y así vamos haciendo un largo y válido recorrido entre amigos, familiares, ayuda de profesionales o inclusos nos desbordamos en algún tipo de creencia religiosa o literatura motivadora con la firme esperanza de encontrar la abstracta solución a nuestro conflicto y volver a nuestra añorada "normalidad".
Es aquí donde el interesante estudio de la naturaleza humana, nos lleva a encontrarnos con patrones similares de reacción y por ende de curación.
Sabiamente dice Albert Einstein; pretender ignorar la crisis es conformismo, promoverla es aumentarla. Comprendemos que necesitamos encontrar un punto medio de acción que fusione nuestras condiciones externas e internas y nos permita percibir las herramientas de superación a las que podemos acceder, este punto medio o centro se conquista con la práctica de meditación.